La medicina en la muerte de Jesús


En esta semana Santa que pasó, quise analizar desde el punto de vista médico, el sufrimiento de Cristo, y aunque algunos relatos parezcan sorprendentes, como el sudar sangre, se pueden dar, pero en muy raras ocasiones.

Comenzaré desde el monte Getsemaní:
Debido a la ansiedad extrema en la que se encontraba Jesús, su cuerpo entró en un estado denominado “hematidrosis”, el intenso estrés, hizo que secretara diversas sustancias químicas, rompiendo los vasos sanguíneos y mezclándose posteriormente con las secreciones de las glándulas sudoríparas. haciendole sudar sangre.
Esta manifestación somática se da mayormente en aquellas personas que saben que van a morir, con un gran sufrimiento psicológico, además, deja la piel muy sensible.

La Flagelación:
Este tipo de castigo, si es muy conocido por todos nosotros, ya que aparece en todas las películas romanas que vemos, y es que la flagelación era un acto “legal” previo a la ejecución del castigado.
El instrumento era un lazo corto con varias correas de cuero, las cuales llevaban atados en las puntas, trozos de huesos o bolitas de metal; estas al caer bruscamente en el cuerpo, generaban contusiones, y en el peor de los casos, desgarraban la piel dejando al descubierto los músculos.
Ahora, tengamos en cuenta que Jesús no recibió sólo uno, fueron varios, los que posiblemente lo dejaron en un estado hipovolémico. En este estado una persona presenta aceleración en el ritmo cardiaco, disminución de la presión sanguínea y lo que es visible exteriormente, y el mismo Jesucristo lo hizo saber, es sentirse sediento.

La crucifixión.
Dejar en claro que los clavos en las manos no fueron “clavados” en la palma (como se ve en algunas películas) ya que si hubiera sido de esta forma, el peso del cuerpo hubiera llegado a desgarrar las manos y partirlas en dos.
Los clavos tuvieron una longitud de 13 a 18 cm y fueron clavados entre el radio y los metacarpianos. Estos al entrar destruyeron muchos nervios (sensorial motor, cubital, radial) los cuales provocaron grandes dolores en ambos brazos.

clavos en las manos

En los pies es más probable que haya sido clavado cada uno con su respectivo clavo, estos fueron clavados entre los metatarsianos, hiriendo varios nervios, provocando dolores extremos.

clavos en los pies

Ahora analicemos las causas de la muerte de Jesús, muy aparte de las heridas que presentaba, la posición en la cruz era realmente asfixiante, intentar dar una pequeña inhalación era comprometer a varios músculos de los brazos y de los pies a que se contraigan, sería realmente doloroso intentar mover un brazo clavado, o poner todo el peso de nuestro cuerpo sobre los  pies para intentar tomar aire.
Este estado llevo a Jesús a presentar hipercapnia, ocasionando en él, edemas cerebrales por la no llegada de oxigeno al cerebro, por último, todas estas complicaciones causaron un pulso irregular, terminando en un paro cardiaco.

Era también una tradición romana, acelerar la muerte de los castigados, rompiéndoles los huesos de las rodillas, y así no tener algún soporte para poder tomar aire y morir rápidamente, pero a Jesús no se le practicó ya que sabían que había muerto, pero para comprobar le introdujeron una lanza que traspaso los pulmones y el corazón, rompiendo los espacios interpleural e interpericardico, como resultado se tuvo el derramamiento de sangre y agua al mismo tiempo.

Para terminar, para poder describir los dolores que sufrió Cristo en la cruz se tuvo que inventar una nueva palabra, esta fue "excruciante", derivado de cruz.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente